Saturday, December 09, 2006

Letrística campesina

Si sólo presentara a nuestro genial amigo Carlitos Gutiérrez, estaría omitiendo una importante parte de la historia. Es porque nunca en mi vida había detenido un entrenamiento en bicicleta, por verme deslumbrado por un letrero “pintado a mano”.
A 205 kilómetros al sur del centro de estudios tipográficos más cercano queda Luntué, un pueblito que pertenece a la comuna de Molina y que se ha visto invadido por la mano de Carlitos, un pintor de letreros que hasta hoy ha sido inubicable.
Ustedes al igual que yo, se preguntarán porqué es tan inubicable. Su padre, un caballero ya mayor me contaba que venía la gente de las bodegas, de supermercados, cantinas, restaurantes, etc. Para que pinte sus muros, haga listas de precios, etc. Y es por eso que nunca lo encuentra en casa. Ni siquiera tiene taller en casa.
A pesar de no poder encontrarlo. Sus pinceladas brillan de una manera especial en Lontué, y uno puede identificar de inmediato su mano.
Carlitos es dueño básicamente de 3 estilos:


1. La sans serif espontánea
Si miramos sus diseños de tipos sin serif, podremos decir que es el típico diseño de tipografías mayúsculas de la gráfica popular. No es así, ya que Carlitos va un poco más allá. El ha solucionado de manera muy interesante una serie de aspectos, agregándole una mayor complejidad.
Recuerdo el día en que Alejandro Lo Celso me aconsejó que cada vez que tenga problemas de contraforma interna en mis tipos, diseñara la versión ultragruesa y posiblemente se resuelvan todos en ese proceso. Así lo hice, y así aprendí a proporcionar y equilibrar los blancos y negros.
No creo que Lo Celso haya tenido una reunión especial con Carlitos para explicarle eso, sin embargo, el sabe perfectamente manejar los grosores, formas y contraformas de la letra.

Curiosamente, Pancho Gálvez, hace un tiempo me hablaba de lo poco reglamentado que está el diseño de las mayúsculas, y que es uno de los grandes hoyos del conocimiento de la letra. Es aquí donde uno puede descubrir la inmensa libertad y arbitrariedad de los tipógrafos para diseñar la caja alta. Es interesante que Carlitos, nuestro invitado, haya descubierto un par de leyes que si son capaces de sistematizar los trazos, formas y contraformas en sus tipografías, sin descuidar la belleza de la forma… ¿será un adelantado a la academia?







2. La romana
Un especialista en tipografías manuscritas, no puede dejar de “caligrafizar” todo lo que hace. Y en sus diseños encontramos un tipo de proporciones romanas que tiene una serie de particularidades, que sólo un pintor callejero puede lograr. Y lograr de manera sorprendente.
Se trata de una letra que letra vertical donde podemos reconocer ciertos rasgos de una caligrafía itálica. Lo curioso es que las terminaciones corresponden a lo que diseñó Gerard Unger en la versión itálica de su tipografía Paradox. ¿Cuántos años de estudio tuvo Gerard Unger en la cima del templo tipográfico para lograr lo mismo que Carlitos desarrolló en una casa de campo?.
Y esa “a”, ¿la recuerdan de alguna parte?. Vuelvan a su procesador de textos y escriban “a” en Times new Roman.





3. La manuscrita inglesa
Hasta hace algún tiempo, las manuscritas de este estilo sólo servían para hacer partes de matrimonio y primera comunión. Hoy sirven para escribir Botillería El Huáscar.
No quisiera caer en excesos, pero su caligrafía manuscrita, es la que académicamente destaca por sobre las demás.
El día que logre conocerlo en persona, la primera pregunta que le haré será: ¿dónde aprendió a caligrafiar así?.
Y es que a Carlos no le basta con caligrafiar de igual a igual con un académico de universidad, sino que tiene el arrojo de experimentar con un estilo propio, sin perder esa sabrosura del diseño original.

Es ahí donde podemos encontrar extraños experimentos, como lo que sucede con la “a”. O sin lugar a dudas, lo más exitoso de sus diseños manuscritos, es el juego de formas y contraformas que hace al trazar sus letras mayúsculas, haciendo “swashes” sólo atribuibles a su experimentada mano. Creando un trazo extra al inicial (preinicial, o preascendente) que le resta toda la formalidad a la letra, dejando un espacio blanco en la contraforma, que “es lo que nuestro ojo esperaba ver”. Impresionante.







4. El fileteado
El fileteado que logra Gutiérrez suele ser especial ya que utiliza por lo general de 2 tipos, uno externo y uno interno.
El interno, no es nada del otro mundo, ya que la gran mayoría de los pintores callejeros lo usa.
Sin embargo, el externo puede ser algo más complejo tanto conceptual como técnico. Aunque suene lógico, un diseñador de letras manuscritas, siempre estará preocupado del aspecto “cursivo” de sus letras. Lo que nos propone Carlos, es que el aspecto cursivo de sus diseños esté dado por el trazo externo, que logra unir a las letras desde esa especie de sombra en perspectiva.
Como vemos en el ejemplo, el diseño del trazo de la letra en este caso no tiene absolutamente nada que ver con el trazo de su fileteado, ya que uno está compuesto con 3 levantadas de pincel y el otro con sólo una.






¿Innovación?, ¿talento?, ¿academia?, ¿experiencia? Quien sabe.
Su mano claramente es la de un experimentado profesional. ¿El origen de su conocimiento?, un misterio. Lo que si estoy seguro, es que en donde vive no creo que se respire el mismo aire tipográfico que estamos acostumbrados los diseñadores.