Wednesday, September 13, 2006

15 tips para elegir un tipo ilegible

Qué tan ilegible puede llegar a ser una tipografía, ¿existen parámetros para medir su ilegibilidad?, ¿existen niveles de ilegibilidad?.
En el blog del vecino podemos ver cómo la academia puede lanzarse de cabeza al estudio de la legibilidad, ¿pero siempre es necesario que todo sea legible?. ¿Cuál es la idea de la ilegibilidad y por qué diseñadores trabajan con ella?
La idea de la ilegibilidad es tonta. O sea, si pensamos ilegibilidad por ilegibilidad, partimos de una idea torpe y errónea. Pero si pensamos la que la expresión tipográfica puede producir ilegibilidad estamos dando un paso adelante en diseño. Es un punto algo complejo, pero todos los diseñadores que se han mojado exitosamente con la ilegibilidad, han tenido la intensión y el criterio de entender antes cómo funciona la legibilidad.
Criterios que por cierto podemos resumir en 15 tips a la hora de trabajar con tipografías ilegibles.





1. La forma.
La belleza final de la forma, no siempre es la más simple y ortogonal. Muchas veces una estructura sólida exige formas complejas para poder comunicar con más contundencia la expresividad que pretendemos lograr.
En el ejemplo podemos ver claramente que no siempre la más simple, o bien, la de la forma más legible suele llamar la atención del lector.2. El peso
Despreocuparse del peso de la letra es un paso adelante para entender la ilegibilidad. Visualmente, la única restricción que tengo para elegir una tipografía ilegible es que no pierda toda noción de lectura. Pero si todavía se lee algo... pues bienvenida.




3. Consistencia de formas.
Al plantearse diseñar, rediseñar, mezclar o escoger tipografías, es bueno platearse en algún momento la coherencia de formas entre sí. Una cosa puede ser complejizarla con ornamentación, pero ¿los ornamentos corresponden a un lenguaje que coordine a la perfección la forma con la expresión que queremos darle a la letra?. En este punto me gustaría ser bastante cuidadoso, ya que cualquier error de consistencia, puede convertirse en un manjar para aquellos que les gusta atacar lo ilegible y recargado.




4. El eje.
Lo que en algún momento hubiese sido muy malo, hoy es muy bueno. Agregar un toque barroco a letras, utilizando múltiples ejes, es un factor muy efectivo para crear ciertos desórdenes dentro de la palabra. Si bien el ejemplo no es la gran bomba a la ilegibilidad, puede clarificar de manera efectiva la diferencia que pueden haber entre los ejes.



5. Altura x
Pueden sentirse con libertad de escoger una "altura x" definida, si quieren no, si quieren pueden escoger una que tenga altura x variable, para un texto corto, poco importa. Existen tipografías que ni siquiera tienen línea de base real, mucho menos van a tener altura x. Suelen ser tipos orgánicos que no necesitan realmente un orden, ni una línea virtual, ya que no están pensados para ser utilizados en multilínea.





6. Gris dentro del texto.
Existen tipografías, como las circenses, perteneciente a la familia de las toscanas (las del oeste), que se caracterizan por sumarle complejidad a la letra dibujando ornamentos en su interior, produciendo efectos de degradado, o bien alegrando a la letra con bellas composiciones en su interior. Cuando se compone una línea, se suele ver una división de grises en la mitad de la letra. Un efecto hermoso.



7. Altura de las ascendentes inexistente
Existen tipografías que son capaces de obviar la altura de las ascendentes para potenciar el dibujo horizontal de la línea de texto. Y no es que me esté refiriendo al diseño de una unicase, no. En el ejemplo, Fabrizio Schiavi, deleita a la audiencia con virna. La manera inteligente de torcer la "d", es maravillosa. Una verdadera joya del diseño tipográfico.



8. Contraforma.
¿Puede una tipografía vivir sin su contraforma?, pues claro, quien no pueda leer "player" arriba tiene que hacerse ver. La contraforma se puede fácilmente obviar, ya que muchas veces sencillamente estorba, como en este caso.





9. El dibujo debe ser perfecto
Debe ser el único momento que tenemos que exigirle algo a la tipografía. NO puede estar mal dibujada. Sus detalles deben está perfectamente cuidados, y perfectamente trazados, ya que van a estar visibles al lector. Si quiero llamar la atención con una tipografía bella en su conceptualización, no puede dejar de ser bella en su realización.




10. Contraforma externa
Existen tipografías en que el límite de la contraforma externa con la interna se pierde. En ejemplo, la tipografía de Miguel Hernández, minority; está basada en un cuadrado de base 3 píxeles. En este caso,el concepto de ilegibilidad es adverso, ya que la complejidad está dada no por ornamentación, sino que por restricción. Volviendo al tema de la contraforma externa, podemos ver la bella manera de crear caracteres, sacando una mínima cantidad de píxeles.



11. No respetar las proporciones clásicas
Existen proporciones entre la forma, la contraforma y el doctus de la letra. Si nos remontamos al trazo caligráfico, podremos determinar qué trazo le corresponde a la contraforma. Pero a nadie le importa: porque si buscamos expresividad, podemos caricaturizar con habilidad esos trazos, con el fin de lograr resultados mucho más expresivos y dramáticos. En el ejemplo, no existe ninguna relación lógica entre terminaciones y contraforma.




12. No respetar el ancho de trazo
Las tipografías no tienen por qué tener un ancho de trazo constante. O sea, puede ser más o menos constante y nadie se muere. Ya que estamos usando letras ilegibles en textos largos, por qué no ir un paso más allá.

13. Revisar que tenga el set de caracteres completo
¿Cuántas veces se han encontrado con este signo, cuando ya tienen todo diseñado?. Debe ser una de las sensaciones más desastrosas que existen, ya que hay que empezar todo de nuevo. Muchos tipógrafos NO diseñan la “ñ”, los acentos, los signos de interrogación, los punto y coma, y los signos de corte de palabra o los números. Es mejor revisar bien la fuente antes de lamentar.

14. La familia
Revisar antes de usar qué nos ofrece la familia de la tipografía que elegimos. Muchas veces su poca utilidad radica en lo limitado de sus versiones. Muchas tipografías vienen con sets de caracteres alternos, ligaduras, y algún tipo de ornamento. En el ejemplo, la tipografía dalliance nos satisface con algo más que lo básico.




15. El interletraje
Existen tipografías que sencillamente no se les hizo interletraje, y funcionan muy mal. Un buen diseñador corrige los interletrajes que no le parecen correctos, pero es demasiado tedioso ir corrigiéndolos todos. Hay programas como InDesign que hacen ese trabajo automáticamente, pero nunca queda lo bien que lo hace el mismo diseñador tipográfico.






Wednesday, September 06, 2006

Garabateros PROtour

Hay diseñadores que se sientan a trabajar la ilegibilidad. Piensan, hacen bocetos, y llegan a soluciones que sorprendentemente no se entiende lo que dice.
Letras bellas e ilegibles, o legibles pero en un contexto que puede estar tan desordenado que al final igual no se entiende.
Gente que le importa un comino lo que escribieron los suizos, o bien gente que ni siquiera sabe que existe el diseño suizo.
En fin, hoy quiero presentar a 5 autores que han hecho su aporte a la ilegibilidad, ya sea como ejercicio, como estilo, como rescate o por falta de espacio





1. Wes Wilson
Wes Wilson es de esos diseñadores que no se complican en diseñar todo a mano y asegurarse que todo quede perfecto. Formó la generación de oro del cartelismo sicodélico de San Francisco junto a Victor Moscoso, Rick Griffin, Alton Kelley y Stanley "Mouse" Miller. A mi gusto, Wes fue el más espectacular de todos. El estilo sicodélico estaba basado en el Art Noveau y el Op art, y con un virtuosismo solo comparable al de Jimi Hendrix, logró sorprender a mediados de los sesenta a toda la generación hippie, con sus maravillosos caleidoscopios tipográficos.

En temas de color, jamás tuvo inconvenientes para mezclar tonalidades fuertes y vibrantes entre si, como para dificultar aún más la lectura. La excusa era que en San Francisco, la gente todavía salía a caminar con tiempo. Y con tiempo uno puede leer lo que sea.

A Wes le daba lo mismo la estructura rígida del afiche y quiso crear un estilo que estaba más asociado con un estilo de música orgánica e improvisada, mezclando los distintos tipos de alucinaciones producidas por drogas de todo calibre.









2. Francisco Cerezo, ídolo.
Nunca he ido a México, pero muchos de los que se meten a garabatitos son de allá.
Pero si voy algún día a Ciudad de México, sé que tengo que comprar un diario vespertino llamado "Últimas noticias de Excelsior". Dicen que allí encontrarás un caleidoscopio tipográfico maravilloso anunciando shows de vedettes y artistas poco conocidos, y sólo famosos en cantinas, bares y cabarets. (hacer click para ver a tamaño real)



Todo está apretadísimo y la cantidad de información es realmente impresionante. Desde algún lugar de la página emergen bailarinas en poses sugerentes, posando en publicidad para locales nocturnos, caracterizados por este tipo de gráfica.
Dicen que antes los avisos eran convencionales hechos con tipografía, pero muchas veces, los cambios a última hora obligaban a hacer correcciones a mano. Al final los artistas gráficos terminaron haciendo todo a mano, y el estilo característico se fue haciendo a mano.


Fue precisamente Francisco Cerezo quien empezó a trabajar con letras gordísimas para resaltar algún artista. Con el tiempo y la demanda, los centros nocturnos empezaron a incluir a cada vez más artistas, y el espacio era el mismo, por lo que hubo que adecuarse a las circunstancias. Y si sobra espacio, nunca falta con que rellenar.




3. Ed Fella, un estudioso de la gráfica popular
Conocí a Fella cuando vi una colección de afiches hecho a mano para avisar charlas en el California Institute of the Arts (Calarts). De inmediato quedé impresionado por el manejo del blanco y el negro y la concentración de la información. Luego tomé su libro "letters on America", y lo pasé a mi listado de ídolos.
Cuando empecé a entender un poco la tipografía, me maravilló su tratamiento tipográfico. Luego lo odié y borré todo lo que tenía de el por pensar que era una perdida de tiempo. Menos mal que por algún lado tenía respaldado todo, porque hoy entiendo que sus garabatos no son horribles del todo.

Entonces Fella toma sus herramientas, reglas, transportadores, compases, circulímetros, ovalímetros, serchas y se pone a diseñar. Luego se aburre y termina de garabatear todo a mano. Después se arrepiente y termina de hacer todas las letras con una geometría perfecta.


En California tanto ha llegado su fama que la mismísima Zuzana Licko hizo una tipografía en su honor, aparte de un dingbat basado en sus dibujos. Sin duda, Fella es un grande de la gráfica vernacular.







David Carson tiene la culpa de todo
Tiene la culpa entre otras cosas, de que la gente tenga una nueva excusa para no leer.
Fue el director de arte de la revista Raygun, y junto a Kurt Cobain, el tipo más admirado de los 90. Sociólogo de profesión, diseñador de vocación, y extraordinario surfista.
Recuerdo que un día, viendo un especial de surf en tv, el locutor dijo: "ese David Carson creo que se termina de ganar la vida diseñando".
David no descubrió nada, lo único que hizo, fue tomar un poco de acá, un poco de allá, y darle la expresividad a los textos que ya se los venían dando en universidades como Cranbook, y ya está. La fama lo estaba esperando con los brazos abiertos, para acogerlo como el más grande diseñador de los últimos tiempos.



Carson es extraordinario con los textos, compone de manera impresionante ilustraciones colages foto-tipográficas, y le da lo mismo que queden sobre o bajo el texto. A él simplemente no le va eso de la legibilidad.


Sin embargo, y a diferencia de nuestros otros amigos, Carson no se destacaba por diseñar tipografías. Más bien, sus composiciones tipográficas eran extraordinarias, y tenía una sutileza descarada para pasar por sobre las reglas básicas de la diagramación. El manejo expresivo del espacio, el no espacio, la composición de textos, tamaños, posiciones lo hacía de manera fenomenal.






Type`s after work
No sé quienes son ,ni como llegue a ellos, pero está claro que en temas de ilegibilidad son muy buenos. Basta ver sus absurdos juegos tipográficos para darse cuenta que manejan la forma, el espacio, la composición y el negro como nadie.
Tal vez un calígrafo me golpee después de decir que esos garabatos son hermosos, tal vez un académico llame a la policía por asociarlo con los demás genios, pero no lo puedo evitar.
Tienen algo de firmas, algo de tag, algo de dibujo de gente aburrida, pero lo que más tiene es onda. La belleza de sus trazos, basados en curvas perfectas que se dan un par de vueltas de más antes de desaparecer, hacen a estos ejercicios dignos del galardón Garabateros Protour.